sábado, 27 de diciembre de 2008

2008: ¡Sería todo!

D’oh!

Es fin de año ya. Es un lugar muy común decir que el año se pasó demasiado rápido… Pero es verdad. Este año se me pasó demasiado rápido. Y es hora de hacer balances.

Si lo comparo con 2007, resulta que no fue tan malo. Pero tampoco fue todo lo bueno que hubiese querido. En fin, ya pasó. Me titulé de químico-farmacéutico (¡estaba bueno ya!), ingresé al postgrado de la Universidad de Windsor acá en Canadá, y sigo el próximo semestre.

Los cuatro meses en Canadá me han hecho bajar un poquito de peso. No mucho, porque no he tenido demasiado tiempo para hacer ejercicio. He vivido con un presupuesto más ajustado, sobre todo porque aquí tengo que procurarme yo mismo el sustento diario. Cuatro meses, y contando.

¿Expectativas para el 2009?

Eh… Polola nueva, que me vaya bien en los estudios y en la investigación, que salga la movida de que Aroca me mande a España a aprender AFM multifrecuencia (total que el AFM terminó siendo mi amigo), ir a Chile a ver a mi familia a mediados de año, que me transfieran a Ph.D., aprobar el famoso ‘comprehensive’

Y ser un poco… Seamos conservadores y digamos al menos un poco más feliz que 2008.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Alas

Alas es un cuento de Enrique Barrios, quien es más conocido por su saga de Ami, el niño de las estrellas, Ami regresa, Ami 3 y Ami y Perlita.

Hace algunos años atrás yo era cercano al pensamiento de la New Age, y realmente creía en cosas como la 'Ley de Atracción' o cosas así. Yo era fanático de la saga de Ami. Aún creo que son libros muy entretenidos, pero ya no suscribo la creencia en las civilizaciones internas o en que estemos siendo visitados por extraterrestres, o en canalizaciones o cualquiera de esas cosas. Deformación profesional; un buen científico es un buen escéptico que se cuestiona todo.

Pero este cuento, Alas, me cuesta sacármelo de la cabeza. Sobre todo porque cuando lo leí por primera vez en el verano de 2002 estaba enamorado de una bella mujer, con la que tuve una relación a la distancia, que duró poco y terminó con mi corazón destrozado, mi ánimo por los suelos y una espina clavada hasta el día de hoy.

Hoy ya no me atrevo a emplear las palabras que escribí en aquel tiempo, cargadas de poesía y sentimientos (aunque hay que ver que fue divertido). Ya no creo que existan las almas gemelas. Todos, absolutamente todos tenemos muchos defectos que, a la luz de la convivencia, terminarán por causar algún conflicto. He aprendido que es mejor vivir en la incómoda realidad que en un hermoso cuento de hadas. Considerar que todas las cosas tienen virtudes y defectos; que por más que uno quiera imaginar una existencia futura donde todo será perfecto y tendremos una gloriosa unión en mundos más allá del limitado intelecto humano... aquí debemos aterrizar y hacer consideraciones más, eh, digamos, prácticas respecto de p. ej. quién lava la loza, qué programa vemos en la televisión, cómo organizamos las vacaciones. Y mientras estamos en ello, disfrutarlo, aprender de los errores propios y de la pareja, valorar lo vivido, lo ganado y lo perdido, y saber apreciar el valor de una puesta de sol de la misma forma que la belleza de un espectrómetro de masas de desorción/ionización láser asistida por matriz con detector de tiempo de vuelo (MALDI-TOF en inglés) en la determinación de la estructura primaria de una proteína.

Hoy me he puesto más cínico que hace seis años. Pero en el fondo, bien en el fondo, igual me muero de ganas de volver a amar así.

Link al cuento "Alas"

lunes, 1 de diciembre de 2008

1337 como herramienta para diseñar passwords de seguridad

Igual que a mi amigo DragonTrainer, a mí me carga el leet (1337). Pero creo que le he hallado una utilidad: el diseño de passwords de seguridad.

Porque siempre nos han dicho que para que una password sea segura, debe tener al menos letras mayúsculas, letras minúsculas, números y signos de puntuación, y ojalá larguita. Por otro lado, si uno intenta diseñar una password como las que a veces salen cuando uno resetea su propia password en algunos sitios, como por decir algo, 97jA_%QzP2s, eso es prácticamente imposible de recordar.

Aquí es donde entra el leet en nuestra ayuda. Tomamos una palabra que sea fácil de recordar, y la 'leetizamos'. Por ejemplo, supongamos que pongo el nombre de alguna mujer que encuentre rica:

Doctora Lisa Cuddy

Así, podemos reemplazar letras O por ceros, letras A por 4, sustituir por signos de puntuación, poner mayúsculas o minúsculas, o agregar cosas, todas esas porquerías que odiamos del leet, pero que en este caso son útiles. Ejemplo con la doctora Cuddy:

D0c70r4|_!54(uDdY

y como tiene sentido, después de ensayarla un poco, se hace más fácil, y ya tenemos una password muy segura y relativamente fácil de recordar. A ver, otro ejemplo, con una frase:

Me pican las que te jedi --> /\/\3PikanL4sQTGd!

Ah, había olvidado mencionarlo: mientras más ridícula sea la ocurrencia, más difícil es de olvidar. La cosa es hacer sustituciones tipo leet a alguna palabra o frase fácil de recordar. Simple ¿eh?