lunes, 21 de diciembre de 2009

Balance anual 2009

Estoy escuchando uno de mis placeres culpables. La verdad, no tengo idea por qué me gusta; pero la verdad tiempo atrás escuché (en la Oasis, cuando aún estaba en Chile) a Demis Roussos cantando My Friend the Wind y por alguna razón me encantó la canción, y desde entonces que se ha vuelto mi placer culpable. Me gusta Vangelis, se nota el toque modernista electrónico de él en la canción de su amigo y compatriota Demis Roussos, pero la canción conserva, sobre todo en las mandolinas del coro, el toque griego… Helenimou, Aghapimou, Manoulamou…

Y llegó el momento de actualizar el blog, por la época del año en que lo hago tiene que ser el balance anual. ¿Qué tal fue este año?

Es lo que le comentaba el otro día a alguien muy especial… Como que al momento de pensarlo, me daban ganas de pensar que este año fue malo, que sólo quiero que se acabe. Pero la verdad, empecemos a hacer inventario:

- Este año me reencontré con el arte. Apenas me vi con la plata suficiente, no aguanté más y me compré una guitarra. Que me sirvió para retomar la música, el guitarreo, el canto y hasta componer una canción. Canción que sirvió como regalo de cumpleaños para esa persona tan especial para mí. Más adelante en el año, inspirado por aquella persona tan hermosa, me reencontré con mi viejo pasatiempo de dibujar retratos… Ya he hecho seis, uno será un regalo de Navidad que haré.

- Este año estoy terminando mi primer paper con mi nuevo grupo de investigación. Tal vez podría haber sido más productivo, pero hey…

- Aprobé satisfactoriamente todos mis ramos de postgrado, incluyendo el curso de química computacional al que la verdad le tenía su resto de miedo.

- Me reencontré con la fisicoquímica, curso al que quiero tanto.

- Tuve amigos chilenos que hicieron más grata mi estadía en Windsor. Los gringos quedan al debe.

- Pude viajar a Chile a ver a mi familia a mitad de año. La distancia me enseñó cuánto los quiero y cuánto me quieren ellos a mí. Es mucho, muchísimo. Los echo de menos.

- Gocé de buena salud. Con cueva un par de resfríos. No me enfermé de porcina; todo lo contrario, apenas pude me puse la vacuna contra ella.

- Tuve plata para darme pequeños gustos, y hasta para ahorrar. Un ahorro modesto, pero significativo. Sigo siendo pobre comparado con el estándar de vida norteamericano, pero al menos vivo dignamente.

- Aprendí a cocinar. Ya no me muero de hambre.

- El amor llegó, de la forma más improbable e inesperada. Traté de conocer chicas a principios de año usando un sitio de personales, pero tal cosa no prosperó. No nos llevamos, al final la única niña con la que salí terminó por aburrirme. El amor me encontró, tomándome por asalto, de otra forma. No quiero hablar demasiado de ello aquí, sobre todo porque a veces tengo la impresión de que ojos espías leen este blog, a la espera de que me refiera a “ella”. Sólo diré que lamento la mala acogida que tuve por parte de su familia, que por lo que me contaba ella, se cerró completamente a la posibilidad de escuchar nuestra historia y tratar de entender. La verdad, sé que tenían buenas razones para desconfiar; he sabido de historias de horror ocurridas en situaciones comparables a la nuestra, y no los culpo por querer proteger a su amada hija; todo lo contrario, los entiendo.

Fue bastante menos que perfecto, pero honestamente, no puedo decir que éste haya sido un mal año.

No pido nada para este 2010. Me conformaré con lo que Dios quiera ofrecerme.

lunes, 30 de noviembre de 2009

Mizar recomienda a: Jason Baalman

En estos días he estado medio enviciado dibujando. Rato libre que tengo, lo he dedicado a eso.

Un poco para retomar eso, estuve buscando videos donde enseñen a dibujar. Y así fue como di con los videos de Jason, cuyo nombre artístico es Eclectic Asylum.

El tipo es genial. Con sus videos, aprendí muchísimo. Tienen la desventaja, eso sí de que están en inglés.

Link aquí a la playlist de los videos: http://www.youtube.com/view_play_list?p=DE90A0B005052EFB

Y por supuesto, que él es muy, pero muy diestro. Me encanta cuando usa materiales no usuales, como p. ej. máscara de pestañas para dibujar a Bette Davis… y usa la canción “Bette Davis Eyes”

O cuando dibuja a Angelina Jolie, en una foto donde sale con mucho lápiz labial, y la dibuja ¡sólo con lápices labiales! Y le pone un tema jazzero llamado “Lipstick”

Disfruten a Jason. Revisen sus otros videos, son igualmente geniales. Aquí les dejo también un link a su canal de YouTube, EclecticAsylumArt: http://www.youtube.com/eclecticasylumart

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Inevitable

Ah, otra vez elijo el que probablemente sea el peor momento para escribir algo en el blog. El profe me puso plazo hasta el viernes para entregarle un borrador del artículo de aminoácidos y tengo que hacer una tarea para el martes de mi curso de química computacional que no está nadita de fácil. Pero necesito una válvula de escape. Tengo demasiadas emociones en mi ser.

Estoy pasando por un momento emocional bien débil. En algún momento renaceré, como el ave fénix. Por mientras, vuelo con el piloto automático encendido. Mantener más o menos la altura y la velocidad, seguir sobre el camino que más o menos veníamos. Estoy algo más calmado que la semana pasada, eso sí. Pero me hace falta cariño físico.

Y la música, las canciones… Hace poco tiempo estaba escuchando “Inevitable” de la Shakira; no me la podía sacar de la cabeza, y justo estaba conversando con una niña a la que le hago ayudantía de fisicoquímica. Ella es rumana, pero le gusta el español, y con ella hablo en español. Entonces me comenta que escucha bastante música en español, y le pregunto si le gusta la Shakira. Me dice que no, porque la encuentra muy superficial. Y no pude evitar pensar en todas las veces en que la gente adopta posturas cínicas ante el amor. Posturas duras, como cuando el Dr. House tendrá una cita con Cameron en la primera temporada, y le dice a Wilson “¡eso es demasiado cursi!”, y Wilson le dice “creo que a ella le gusta cursi”. Uno piensa que todo eso es cursi, que son patrañas… hasta que le toca a uno. Y de pronto, esas canciones que mirabas de lejos, porque describían una situación de desamor, te identifican, y no te las puedes sacar de la cabeza. No pude evitar pensar “esta niña (la rumana) nunca se ha enamorado parece”. Enamorarse, claro está, con todas las de la ley, quiero decir. El idioma inglés lo pone de una manera muy gráfica; en inglés uno “cae en amor”. El cerebro empieza a trabajar de formas misteriosas, imaginando cosas con esa otra persona, cosas más o menos inocentes para hacer; y uno se vuelve un poco dependiente de la otra persona; se acostumbra tanto a esas cosas lindas de la relación que cuando se pierde un poquito que sea el contacto, se echa de menos, y uno no se siente todo lo bien que debería sentirse. Y una ruptura definitiva implica, por supuesto, un quiebre mayor de la estabilidad emocional. En un libro que leí una vez, llamado “Tierna es la noche” de Francis Scott Fitzgerald, decía el protagonista algo así como que la patología del corazón no es igual que la patología de la piel: cuando uno se hace una herida en la piel, después de un tiempo las llagas se cierran, y eventualmente queda una cicatriz, pero entonces deja de doler y molestar. En cambio las heridas del corazón, el tiempo hace que se aminoren, pero siempre queda una pequeña llaga abierta, que duele cuando se la toca…

Pasando a otro tema, el fin de semana dibujé a Carl Sagan utilizando lápices de grafito. Me hizo bien, me sirvió para reconectarme con mi lado artista. Quiero hacer muchos dibujos más, es por eso que fui a la librería de la universidad este lunes y me aperé de varias cosas necesarias. He gastado plata en útiles de dibujo. Quizás demasiada. Afortunadamente, me han llegado unos dolarcillos extra porque hay una niña a la que le he hecho tutorías de fisicoquímica. Lo cual no está nada de mal. Cuando encuentre el tiempo, pues, haré todos los dibujos que tengo pensado hacer. Esta vez, eso sí, no haré lo que solía hacer cuando estaba en el colegio, que regalaba todos mis dibujos (lo que significó que no me quedara con ninguno de los lindos retratos a lápiz que hice, p. ej. de George Harrison, Antonín Dvorák o Richard Wagner).

Ah, tengo sueño y lo único que quiero es dormir.

martes, 10 de noviembre de 2009

Blackout

Ah, qué difícil es esto… Yo no quería.

Hoy he andado una parte importante del día sintiendo como un puñal clavado en el pecho. Testimonio cierto de los sentimientos que fluyeron, y que se plasmaron al conjurar esas inmortales palabras, las palabras mágicas…

Es un apagón comunicacional, blackout como le dicen los gringos. Y me hizo acordarme de una canción… Que ma vie me semble vide, mais je sais qu’un jour à Paris, c’est moi qui lui servirai de guide, Nathalie…

domingo, 25 de octubre de 2009

Dibujar

Tengo una tarea que entregar para el martes a las 3, del curso que tomé de química computacional. Pero no quería terminar el mes sin hacer que fuera una actualización a mi blog, que está tan botado.

Podría contar que el viernes me compré lápices sepia. Tengo ganas de reencantarme con el dibujo. Hace años que no lo hago. Ah, fue tan encantador sentir otra vez los lápices en mis manos. Yo solía dibujar retratos, pero he descubierto que estoy fuera de forma. ¿Tendré que conformarme con una vulgar naturaleza muerta? Creo que no hay nada más fome que una manzana o una pera encima de una mesa.

Ese es mi próximo paso… volver a dibujar.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Escribiré poco…

No tengo idea cuándo podré volver a actualizar mi blog, porque me pilló la máquina de la universidad. Estoy bastante ocupadito, y el tiempo libre que me queda lo dedico a otras cosas. Como dormir. Como flojear. Como leer blogs. Como tocar guitarra.

Por ahora qué puedo decir: esta semana empiezan las ayudantías. Tengo que estudiar. Tengo que terminar el paper de aminoácidos.

El otoño está lentamente instalándose sobre Windsor. Hay pronosticada una baja en las temperaturas para esta semana.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Clásicos de Fogata #1 – Los Momentos de Eduardo Gatti

Y sí, les canté este tema a los gringos que mencionaba en el post anterior.

Y este tema es de la época de los Blops. Los Blops no dejaron muchos temas conocidos por el público en general, siendo éste la notable excepción. Una sabrosa anécdota de su historia es relatada por Pablo en su blog.

Gatti siempre canta el tema en si menor, y el punteo en la guitarra es característico. Un temazo que vale la pena aprenderse.

Link a la letra y acordes aquí.

Clásicos de Fogata #0 - Introducción

Llegaron vecinos nuevos a mi casa. Un chico y una chica, que vienen a cursar sus estudios acá en la universidad. Afortunadamente, resultaron ser bastante más agradables que los libaneses que poblaron la casa durante los meses de verano (junio-agosto). Y resultó que el otro día nos sentamos a conversar en el porche de la casa. Era de noche, estábamos alumbrados por las luces del porche que igual son algo tenues, lo que le daba cierta magia al momento. En el calor de la conversación mi vecino le contó a mi vecina que yo tocaba guitarra. Sí, ¿quieres que toque algo? Okey, subí a mi pieza y bajé con la guitarra.

Y la pregunta del millón: ¿qué toco ahora? Se me vinieron a la mente varias canciones en español, pero desafortunadamente mis vecinos son canadienses y no conocen a Los Blops, a Silvio Rodríguez, Alberto Plaza (a todo esto ¿supieron que se convirtió a la Cientología? :S) o cualquiera de los autores con los que nos divertíamos con Pepe hace algunos meses atrás. Como tenía una pura guitarra, había que zapar con cosas que le vinieran a la guitarra sola; se me vino a la mente algo así como los proverbiales “clásicos de fogata” que salían hace años en la Revista Rock and Pop. Pero en mi casa no compraban esa revista, y mi formación musical fue bastante dispersa, así es como terminé gustando de cosas de mediados de los noventa para atrás. Y mi paso por la Orquesta del Instituto Nacional me dejó gustando de la música clásica, orientado aún más hacia las “armonías rebuscadas y hermosas”, por robarle una frase a Jorge González. ¿Qué #%$^*€!×¥@ les cantaba a estos canadienses que escuchan casi pura música moderna?

Salí del paso cantando lo que me acordaba de Hotel California, que estoy seguro de haberla visto en la revista Rock and Pop en la sección dicha, un par de cosas de los Beatles (los Beatles son toda una época de mi vida, gracias a ellos conocí la música, pero están tan trillados que no quería recurrir a ellos), y Stairway to Heaven de Led Zeppelin. Incluso reemplacé el mellotron del inicio, eso que suena como flautas, por silbidos. Me dicen que quedaron bien impresionados al oírme cantar y tocar al mismo tiempo, pero me gustaría haber cantado otras cosas.

Hace un rato estaba buscando en Internet por “clásicos de fogata”, y Google me decepcionó, entregándome resultados para nada satisfactorios. Desafortunadamente, parece que a nadie le interesa ya salir de paseo y agarrar una guitarra y cantar canciones que todos se sepan. Sobre todo porque ahora se escucha tanta música hecha por puros sintetizadores, que se hace difícil, y hasta improcedente, tratar de hacer versiones de guitarra sola. Es fácil encontrar en Internet tablaturas y acordes de canciones, pero me da la idea de que los cancioneros de antaño eran más útiles; salían varias canciones ya fuera de un artista, o en el caso de las revistas, de varios artistas, y reflejaban las tendencias del momento. Pero me gustaba la idea de los “clásicos de fogata” de la revista Rock and Pop; éxitos de la música popular relativamente fáciles de adaptar a la guitarra sola, y que se puedan cantar.

Así que iniciaré una nueva sección en este blog: los “clásicos de fogata”, que consistirá en una breve descripción, un video de YouTube, si es posible, y letra y acordes para la guitarra. Pueden ser canciones en español, en inglés, y yo creo que también podría ser en francés. Así podremos acumular un repertorio que sirva para cantar en reuniones familiares o de amigos, y cuando nos digan “tócate algo”, no quedaremos en blanco. Todos quienes quieran colaborar son bienvenidos a hacerlo.

Link al primer clásico de fogata.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Cariño a mi computador

El post ñoño para empezar la semana de clases.

Hoy por la mañana leía algo en Google Reader, y me daba cuenta de que en el último Hive Five de Lifehacker hacían mención a la desfragmentación de los discos. Y bajé el programa que ahí decían que era el mejor para desfragmentar discos, y le di la orden de empezar a desfragmentar el disco duro de mi computador. Empezó cerca de la una, son las ocho y media y todavía ni piensa en terminar. Pero se está desfragmentando. Lo cual me llevó a reflexionar que en la medida de que los discos duros crecen, el proceso de desfragmentación deja de ser algo trivial.

Y ahí me di cuenta de otra cosa: antes de cumplir un año, el viejo laptop HP que tenía, ya me estaba dando problemas. Vez que quería enchufarle un monitor externo (entiéndase cada vez que tenía que hacer una presentación en PowerPoint, y por lo tanto, conectarlo a un proyector de estos que allá en Chile les dicen DataShow pero que aquí en Norteamérica todo el mundo les dice simplemente projector) había que apretarlo mucho y de una forma bien particular para que me mostrara los tres colores que componen la imagen, rojo, verde y azul. El equilibrio era bien frágil; a veces era un verdadero dolor de cabeza. También me había pasado que el equipo una vez se apagó sin dignarse partir; parece que era que alguna de sus, por así decirlo, “partes nobles”, se había sobrecalentado. Finalmente esa salida simplemente dejó de funcionar, en sus últimos días, vez que intentaba conectar el computador a un proyector, sólo mostraba salida de color verde. También dejó de reconocerme la tarjeta de red inalámbrica, y finalmente el lector/grabador de CD/DVD. Y me daba cuenta de que en poco tiempo más, mi laptop Toshiba no ha mostrado falla alguna. Ni siquiera un pantallazo azul de Windows. Y no tiene pinta de fallar.

¿Por qué estaba desfragmentando, entonces? Por hacerle mantenimiento no más, porque la verdad no he notado que esté apreciablemente más lento que el primer día que este computador llegó a mis manos. Puede que sea porque el disco duro es significativamente más grande.

Como sea, mi computador me encanta. Es menos bonito físicamente que el HP, pero funciona de película.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Cosas que pasan…

Ayer prendí el Messenger temprano en la noche, justo después de hablar con mis padres y justo se conectó una vieja amiga, a la que no veo en persona desde hace bastante tiempo, algo más de un año, y con la que no hablaba desde entonces. No la identificaré, para protegerla. Tantos litros, ¿qué has estado haciendo?, le pregunté. Unas cosas nada que ver con lo que yo esperaba oír. Ah, o sea, te has alejado del lado de… ¿No supiste lo que pasó, Ariel? Claramente, yo no sabía. Me contó una historia de horror que no revelaré, porque me da la idea de que entre algún lector esporádico de este blog puede haber alguna parte interesada. Pero me dejó pensando toda la noche; me costó quedarme dormido y me tuvo toda la mañana pensando en ella. Una decisión, por decir lo menos cuestionable, que le causó un conflicto bien grave con otra persona, y que le ha significado mucho sufrimiento. No apruebo lo que hizo pero ¿quién soy yo para juzgarla? El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra. Desafortunadamente, no puedo ir donde ella ahora y no sé, invitarle alguna cosa para subirle el ánimo, pero le dije que si necesitaba alguien con quien hablar, yo me conecto de vez en cuando al Messenger. Por la tarde mi jefe me empezó a bombardear con pega, así que ahí pude desviar un poco la atención.

Pero no pude evitar quedar mal, triste, por cómo, por decirlo con una metáfora, en un jardín de flores hermosas, de pronto se mueren, y son reemplazadas por una horrible podredumbre, un lugar que no quieres visitar porque te causa daño…

Y así fue como quedé triste por un problema que ni siquiera es mío. No, a mí me está yendo muy bien.

martes, 25 de agosto de 2009

Al aguaite

Pronto empezarán de nuevo las clases aquí en Windsor. El verano está comenzando a ceder terreno; las temperaturas han decaído levemente. Hoy fui a conversar con una de las técnicos de laboratorio para tratar de hacer algo de vida social, y volví con el manual de laboratorio del curso 240 (fisicoquímica) y un montón de consejos para enfrentar esa ayudantía en la cabeza. Me agarraba pa’l chuleteo “no vas a querer volver más por acá”. No, ella es simpática, pero es inevitable agarrar un poquito de distancia cuando te das cuenta de que ella te supervisará. Se supone que no es mi jefa, pero casi, porque ella es la técnico responsable de los laboratorios.

Hoy he andado un poco emo, por la despedida ocurrida este último fin de semana. Me acordé de Aslan en Las crónicas de Narnia (Libro 3, La travesía del Explorador del Amanecer) cuando reta a la Lucy Pevensie porque le dice que no debe pensar en lo que podría haber pasado. Y es verdad, no tiene mucho sentido.

Éste no es el momento para echarse para atrás. Ahora tengo que terminar lo que empecé. Estoy lo suficientemente metido en mi postgrado como para que no sea conveniente echarme para atrás, y estoy lo suficientemente lejos del final para no tener idea de cuál será mi futuro a largo plazo.

Seguiremos, pues, al aguaite de las cosas.

miércoles, 19 de agosto de 2009

Fisicoquímica… otra vez, pero distinta

Beth, la administradora de los ayudantes, me acaba de confirmar que para el semestre de otoño próximo, aparte de ser ayudante para el curso de orgánica, me puso para ser teaching assistant (TA) del curso 59-240 Introductory Physical Chemistry. Que, esencialmente, cubre los mismos contenidos que el curso de Fisicoquímica I que solía hacer en Chile.

Lo cual me tiene entusiasmado. =)

Habrá que ver qué tal es el profe Schurko… Será divertido, porque es como “back to basics”, pero aquí el curso tiene laboratorios, y veré más a los alumnos en los laboratorios que otra cosa.

Ah, y el texto guía es el de mi amigo el profe Atkins.

martes, 11 de agosto de 2009

Aprendizaje de Sui Generis

Los últimos posts se han transformado casi en “Mi vida en música”. Me acabo de dar cuenta. No ha sido intencional.

Me complace mucho informar que estoy cocinando. Hace un rato no más le mostraba al profe mis dobles quífaros con verduras y salsa Alfredo. No, la salsa no la compré hecha, sino que agarré una receta de Internet, compré los ingredientes y los tiré al sartén. No quedó perfecta; se me anduvo dorando demasiado la mantequilla, pero igual quedó rica. Tampoco salió a la primera; en un primer intento había tirado el ajo, pero se me había olvidado que el punto de ebullición de la mantequilla es harto mayor que el del aceite, y terminé por quemar el ajo. No cachaba tampoco que con tanto aporte de energía, la mantequilla se pardea de la nada; son los ácidos grasos poliinsaturados que se oxidan. Así que tuve que empezar de nuevo. Por otro lado, también aprendí que los fideos absorben la salsa. Aún soy rookie, pero ya me largué a practicar, así que considero que ya estoy cocinando. Arroz con acompañamientos, verduras salteadas, lentejas, carbonada, ensalada rusa… Ya he hecho todo eso satisfactoriamente. He balanceado mi dieta; alejándome de las carnes rojas y moviéndome más hacia el pescado, a saber atún en lata y filetes de eglefino congelado. No, aquí en Canadá no hay merluza, pero el eglefino (haddock) es un buen sustituto.

Disculpen los comentarios ñoños. No puedo evitar interpretar la cocina en términos fisicoquímicos. Es resultado inevitable de haberla aprendido después de pasar por la universidad.

Por otro lado, en estos días he tenido que aprender una de las habilidades más importantes para ser un buen científico: escribir un buen artículo científico. Bien centrado, bien referenciado, y donde le saque el máximo de partido a mis datos experimentales. Es más un arte que una ciencia. Y también soy un novato en ello. Aún estoy pintando mamarrachos, pero espero de a poco ir haciendo trabajos más elaborados.

Lo más desafiante del caso es que anoche conversábamos con Anto, y yo le decía que ahora que me di cuenta de que puedo lavar, planchar, hacer aseo, manejar mi presupuesto hasta poder ahorrar, y ahora más encima cocino, ahora por fin me siento lo suficientemente maduro para enfrentar una relación de pareja. Pero ella me hizo ver que tengo que, como lo pone la Dra. Joy Browne, tengo que salir del “arresto domiciliario”. O como le decía Indiana Jones a un alumno de arqueología en El reino de la calavera de cristal: “Para aprender arqueología, tienes que salir de la biblioteca”. No encontraré una vida social en la pieza que arriendo.

Es decir, mis esfuerzos recientes han sido buenos, pero no son suficientes para llegar donde quiero. Estoy más cerca, pero aún estoy lejos de la meta. Aún tengo mucho que aprender. Supongo que siempre es así, el premio a completar un desafío grande y que te ha costado mucho esfuerzo no es el descanso, sino otro desafío más grande y más complicado. Bienvenido al mundo real, Ariel. Ya era hora de que llegaras. Más vale tarde que nunca.

lunes, 10 de agosto de 2009

Aniversario del Instituto Nacional

Hoy todos los institutanos volvemos a ser pingüinos (i. e. pendejos):

Felices 196 años, querido colegio. Larga vida.

jueves, 6 de agosto de 2009

Fly me to the Moon por Zack Kim

Recién estaba viendo un capítulo añejo de House con el Messenger prendido, y mi viejo amigo de la primera vez que vine a Windsor, Adrian Davis me manda el link a este video de Zack Kim.

 

Y sí po, yo quiero ir a la luna, y no me enojaría poder tocar así.

Zack Kim tiene más videos en YouTube, yo me caí de culo con el Preludio No. 3 en do sostenido mayor del Clavecín Bien Temperado de Bach.

jueves, 30 de julio de 2009

La Señorita Cora de Julio Cortázar

Ayer martes vino al laboratorio una niña a la que le había estado echando el ojo desde hacía bastante tiempo; resultó que ella es de ingeniería y necesitaba ocupar el microscopio Raman. Cuando había conversado con el jefe, él había designado a Nik para que le ayudara, pero Nik no se apareció en toda la mañana, así que yo le ofrecí ayudarle. Se demoró mucho en volver con sus muestras, pero llegó. Se llamaba Cora me dijo, aunque quizás cómo se escribe en realidad, porque ella es iraní, originalmente. Traté de meterle conversa, de explicarle más o menos de qué se trataba, pero pasó más o menos lo mismo que pasa con toda la gente que viene a usar el equipo sin cachar una de espectroscopia: no saben bien qué es lo que quieren, qué es lo que necesitan. La cosa es que tampoco me dejó meterle mucha conversa, y me sentí bastante tonto, como que no quiso medir mucho mientras yo estaba, y eso que después, cuando finalmente llegó Nik, ella hizo prácticamente lo mismo que le mostré yo.

Como sea, el nombre me hizo acordarme de cuando estábamos en primero medio y a la profe Ema Salamanca se le ocurrió que leyéramos ese cuento famoso de Julio Cortázar, La señorita Cora. Recuerdo que quedé traumatizado cuando lo leí, me sentí malísimo. En ese momento no pensé mucho en el por qué me sentí tan mal al leerlo, pero ahora que lo pienso, debe tener que ver con que en ese año de 1997 yo estaba obsesionado con una niña que iba en el Liceo 7, y que era casi un año mayor que yo. Como el protagonista del cuento, que se enamora de la enfermera, y que quiere hacerse el mayorcito.

Al año siguiente, el profe de guitarra mencionado en el post anterior, me cagó olímpicamente, porque yo seguía viendo a esta niña, me seguía gustando, y un día el profe me vio llegar a esa habitación del segundo piso de la Casa de la Cultura de Ñuñoa donde tenían lugar las clases de guitarra, me preguntó cómo estaba, no supe darle una respuesta, y me espetó “Usted, don Ariel, se enamoró… de una mujer mayor”.

CSM. No quise saber cómo había adivinado. No me salían las palabras, no atinaba a nada. Ahí quedé, desarmado, como un espadachín que contempla cómo el oponente, en un paso casi mágico y sin darme cuenta, hizo volar limpiamente la espada de mis manos…

Después de que salí de cuarto medio, sólo una vez volví a ver a esa niña, en la biblioteca de su facultad. Ahí me enteré que estudiaba Ingeniería Comercial. Pero después de ese encuentro, nunca más supe de ella.

Link al texto completo del cuento La señorita Cora de Julio Cortázar.

miércoles, 29 de julio de 2009

The Rain Song de Led Zeppelin

Y el otro día, mi secreto me contó que a su papá le gustaba Zeppelin, además le gustaban los boleros y no pude evitar, en cuanto me lo dijo, agarrar la guitarra y tratar de ensayar todos los boleros que me supiera, además de Stairway to Heaven. Pero esta última canción es como la más famosa de Zeppelin, todos los locos que aprenden a tocar guitarra tratan de aprenderse (igual que yo) la guitarra del inicio.

Cuando tenía dieciséis años yo tuve unas clases de guitarra rock con un profe que se llamaba Ramón Freire, y él me hizo conocer esta canción de Zeppelin que me hipnotizó desde el principio. Igual que ella. Nunca ha dejado de gustarme, sobre todo porque ahora que lo pienso, después de escuchar hartas canciones de Zeppelin, si uno considera a las canciones de Zeppelin como las flores de un jardín, resulta que, al menos para mí, ésta canción es como ella, la flor más hermosa y rara del jardín.

¿Por qué? Porque Jimmy Page se toma muchas molestias para tocarla, como cambiar la afinación de la guitarra, como utilizar unas armonías requetecontra rebuscadas, porque es algo peludita de tocar, por el arreglo de John Paul Jones en el mellotron que imita una orquesta de cuerdas, el piano, que no interviene en casi ninguna canción de Zeppelin… La locura de las líneas vocales de Robert Plant, y la suave contribución de la batería de John Bonham, que sin embargo se vuelve rockera y apasionada en el clímax de la canción. Y más encima es larguita. Ah, nooo, si es una obra maestra. Es una canción mucho más suave, y a la vez, “matea” que el común de las composiciones de Led Zeppelin.

Como ella.

The Rain Song es uno de mis grandes favoritos de toda la música de todos los tiempos. Averiguando en la Wikipedia, resulta que Jimmy Page se inspiró en George Harrison para componerla, y de hecho los dos primeros acordes son tomados de su exitazo de la época de los Beatles, Something. Que, por esas casualidades de la vida, es otro de mis grandes favoritos de todos los tiempos. Pero los Beatles son otro capítulo de mi vida, que podrá ser contado en otra ocasión.

Video de YouTube de la versión de estudio:

En YouTube hay más versiones de esta misma canción en vivo, tanto por Led Zeppelin como por Page & Plant. Creo que ya los escuché todos…

Ah, y si van a ver este mismo video en el sitio de YouTube, sale la letra y el texto del artículo de Wikipedia en inglés.

lunes, 27 de julio de 2009

Aprender…

…ha sido la consigna de estos días:

Aprender a cocinar, a calcular bien todas las proporciones. Es en lo que mejor me ha ido

Aprender a escribir un artículo científico. Vamos lento, pero progresando.

jueves, 16 de julio de 2009

Los últimos días en Chile y el regreso al Canadá

Estoy en Canadá otra vez. Sano y salvo. El viaje en avión no registró incidentes, ni siquiera menores. Mañana por la tarde estaré otra vez en Windsor, y volviendo todo a la normalidad. Tengo que reabastecerme de cosas, ir al supermercado y a la farmacia a reaprovisionarme de todo.

Pero vamos por orden. Habíamos dejado las cosas antes de la ceremonia de titulación que fue el recién pasado día 1 de julio. Recibí felicitaciones, pero para mí no fue más que un trámite porque la defensa había sucedido casi un año antes, el día 4 de agosto de 2008. Me hizo entrega simbólica del diploma el decano Prof. Luis Núñez, quien (para mi sorpresa) se acordaba perfectamente de mí y de mi situación; me preguntó ahí mismo arriba del escenario cuándo había llegado y por cuánto tiempo me quedaba en Chile. Plop.

Lo otro fue que incluso desde antes de llegar vinieron estos típicos fulanos que sacan fotos para venderlas a la salida de la ceremonia. Me sentí víctima de paparazzeo.

En los días siguientes seguí viendo a gente, viejos amigos, y haciendo todas esas cosas que solían divertirme. Las Viejas me hicieron esas sopaipillas que tanto echaba de menos… Ahora que estoy cocinando, creo que me siento con pata suficiente como para hacer una masa, uslerear, cortar y tirar al sartén… Sí, sería genial que Nik y Golam probaran ese genial invento de la cocina tradicional chilena que son las sopaipillas. Ah, también fue notable ese día que salí con mi amiga la Daniela. Vimos la película Up, que casi me hace llorar con la historia de Ellie, la señora del viejito protagonista de la película. Se la recomiendo a todo el mundo. Después la fui a dejar a la casa; para ello tomamos un Metrobus, que salió del Plaza Vespucio. Como no quedaban asientos, nos fuimos de pie, y experimenté una sensación que no sentía hace mucho: que el chofer de la micro se fuera a toda cueva, como en los mejores tiempos de las amarillas, y tuve que irme bien afirmado de los fierros de la micro. Les juro que fue ¡hasta emocionante!

También pasé por el laboratorio de microscopía de efecto fuerza de la USACH. Mi sensei de dicha técnica, el Leo, tuvo la bondad de regalarme un par de o-rings hechos por él para hacer experimentos de fluidos en el AFM que tengo acá en Canadá, además de enseñarme otro par de trucos que no sabía.

El fin de semana anterior a venirme, me hicieron otra recepción en la casa de mis tías. Esta vez, un asado con todas las de la ley; ese día la celebración se asemejó bastante a la típica de 18 de septiembre que hace mi familia; asado con harta carne y ensaladitas, y después un juego de lotería. Cómo echaré de menos el cariño de la familia. Fotos del encuentro en mi Flickr.

Los últimos días tuvieron una marcada nota académica. Fui a la USACH otra vez, a la Facultad de Ciencias a conversar un rato con los profes Chindo, Marcelo Campos y sus alumnos, y también me junté con mi ex jefe Marcelo Kogan, con quien conversamos mucho rato, sobre el paper que había quedado pendiente, y sobre otros posibles trabajos futuros. Me sirve bastante.

Ayer miércoles fue la despedida definitiva. Por distintas razones, sólo mis padres pudieron acompañarme al aeropuerto. Pero era todo lo que hacía falta. La despedida fue bien emocionante, por supuesto.

Este viaje a Chile tuvo varias repercusiones. Primero, hay que irse y renunciar a, o perder lo que uno tiene para darse cuenta de cuánto vale realmente. Segundo, a pesar de todos los defectos conocidos de mi querida patria, todas esas cosas que uno le conoce y que le molestan mucho, sigue siendo un lugar hermoso. Ese cariño de la gente que a uno lo quiere, esos abrazos y besos, esos regaloneos que tanto eché de menos en mi ausencia, y mejor ni hablar de la comida… Esas cosas simplemente no tienen precio. Tercero, de pronto comprendí el sentido de la frase “hasta que la muerte los separe”. De pronto me di cuenta de que el lazo que hay entre mis viejos y yo es tan fuerte, que sólo la muerte podría romperlo, y que a ello es a lo que uno aspira al formar una familia.

Pasé, pues, luego, por Policía Internacional, abordé el 767 que me dejó en el aeropuerto de Toronto (Lester B. Pearson), llegando a mi destino a las 6:37 horas, misma hora para Chile continental y para la provincia de Ontario. Sin novedades en el viaje, mi tercer aterrizaje en Canadá fue casi un trámite. Llegó a ser hasta fome. Esta vez no tuve que solicitar permiso de estudio, y la oficial de aduana sólo me preguntó a qué me refería con que hubiera declarado traer productos de comida. A saber, una caja de bolsas de té de manzana y canela. ¿Licor? El Amargo de Angostura que me pidió el profe Ricardo Aroca. Todo okey, me soltaron sin hacerme más preguntas antes de las siete de la mañana. El sol brillaba sobre la capital provincial (Ottawa es la capital federal) y la humedad cooperó para brindarme una bienvenida más cálida (literalmente) de lo que hubiese querido. Un Go Bus me dejó en la estación de buses de York Mills, donde me esperaba la Sra Quena para llevarme a su casa.

El contraste fue grande. Volver a ver cuál de todos los autos más lujoso; los edificios modernos; la gigantesca carretera 401; las casas en estilo americano, la radio del auto con los locutores hablando en inglés, la gente en la calle hablando en inglés, ¡hasta yo mismo hablando en inglés!, gente afroamericana, hindú, y musulmana, y por supuesto, la gente de raza caucásica. Todo conocido, pero verlo otra vez, y saber que ésta será mi realidad, otra vez y por otro año al menos, no significó que me subiera el ánimo. De pronto me pareció que todas esas cosas lindas que se ven, es como si fueran de plástico, es como si fueran de mentira. No se parecen a mi hogar.

Muchas gracias a Ale, Ani y a Anto por leerme. Las tres A. Cuatro, conmigo (Ariel). ¿Coincidencia?

Tengo, pues, que reencantarme con Canadá. Mañana vuelvo a Windsor. Veremos qué pasa.

jueves, 9 de julio de 2009

Poema 17 de Pablo Neruda

Pensando, enterrando lámparas en la profunda soledad
¿Quién eres tú, quién eres?

Sí, y yo estaba pensando ¿de dónde había sacado esa frase que me llamaba tanto la atención? Yo estaba seguro de que con esa frase terminaba un poema. No me acordaba cuál, hasta que anoche me aburrí y decidí pedirle ayuda a Google para refrescar la memoria. Y claro, me encontré con que era el Poema 17, del clasicazo Veinte poemas de amor y una canción desesperada. No goza de la popularidad del 20, mucho menos la del 15, que es con diferencia el más famoso (“Me gustas cuando callas, porque estás como ausente…”). Tan famoso que un día equis, hace algunos años, de repente me encuentro con alguien en Messenger que lo parodiaba ingeniosamente: “Me gustas cuando te conectas porque estás como “Ausente”. =P

Lindo el poema 17, me llamó mucho la atención cuando lo leí por vez primera. Era chico yo igual. No me había enamorado. No me imaginaba, tampoco, que alguna vez me iba a identificar, y que le iba a decir a una mujer con esa misma vehemencia: “¿Quién eres tú, quién eres?”

Aquí hay un link al texto completo del poema.

martes, 30 de junio de 2009

Más sobre Chile

Estoy de vacaciones, así que puedo escribir harto. Los posteos largos y más a menudo son la orden del día.

Días grises y fríos me han acompañado en este viaje a Chile. Me dicen que traje el frío y la lluvia desde Canadá. Es como raro, porque allá están en verano ahora. O sea, claro, el último invierno fue particularmente crudo…

Pero con todas las cosas que uno puede decir que no le gustan, me doy cuenta de que Chile igual me gusta. A pesar de todo. Me he dado cuenta de ello desde el miércoles pasado, cuando el profesor Clavijo (más conocido como “Chindo”) me dio un ‘tour’ por la Facultad de Ciencias. Una suerte de cabañas (no muy distintas de los “moteles” de Olivos), construcciones de madera, no muy consistentes con la idea que a uno le han metido de una universidad como grandes edificios; pero al mirar por las ventanas uno descubre laboratorios con la mayoría de las comodidades de los laboratorios modernos de investigación, en términos de instrumental.

Por otro lado, está la idiosincrasia nacional, los garabatos, los lugares comunes en las conversaciones, esa familiaridad con la cultura propia, y que muchas veces uno no se da cuenta que está ahí hasta que la pierde. Todo ello hace que a los estudiantes les guste mucho la universidad acá en Chile. Tiene todo un ambiente que resulta acogedor y hasta agradable.

Fue extraño, eso sí, que esta vez me presentara como “él que viene de Canadá”. Plop. No es mentira, pero me hacía sentir como que me daba una importancia que no creo tener. No soy ná mi jefe el profesor Aroca que sí que es un invitado VIP cuando viene. Soy su alumno no más.

El jueves por la noche me reencontré con varios de mis viejos amigos del colegio, y con los que tocábamos en la orquesta, a saber Guillermo, Nicolás, Micho y Claudio. Fue bonito, compartimos unas cervezas, un vinacho… También conversamos montones de la vida y del amol. Hasta tocamos música un ratito; después de todo, estábamos en la casa de Guillermo que ahora está dedicado completamente a su banda. Había muerto Michael Jackson, era la primicia y al principio no la creíamos, porque nos dimos por enterados cuando alguien en la calle le hizo el comentario a Guillermo. Ya no ve mucha tele, tuvo que enchufar la tele, traer el alargador, y tuvimos que ver las noticias a las nueve para cerciorarnos de que era verdad. Hasta cantábamos temas de Michael, desde Don’t stop till you get enough que era el favorito de Nicolás, pasando por cosas como Ben, You are not alone, Black or White o Smooth Criminal.

El viernes fue el turno de la Cristina, compañera de Farmacia, que hace poco entró a trabajar al Laboratorio de Criminalística de Investigaciones. Estaba muy orgullosa porque ese día la habían llevado a un SS (sitio del suceso), y se había tenido que poner uno de esos trajes blancos que le cubren todo el cuerpo y la hacen parecer un Teletubbie, de hecho me contaba que agarraba para el chuleteo a su compañero diciéndole “Hoaaa” y “Ayooosh”. Estaba la prensa en el SS y de hecho salió en la tele, la mostraron en varios canales con su traje de Teletubbie. También le tuvo que tomar muestras al imputado. Por otro lado, cuando llegamos a su casa, la Cristina hizo una pizza que le quedó muy rica. Conversamos harto también, y fue bonito. Estaba también su prima chica Katia, a quien me di el gusto de mostrarle montón de estrellas en el cielo, y el planeta Júpiter, que como a las 11 de la noche ya estaba más alto que la cordillera. Como decía, los cielos nublados me han seguido, y esa ha sido de las pocas noches en que he podido ver con confianza mi lindo y querido cielo sureño. Feliz de volver a ver la Cruz del Sur, el Centauro y el Escorpión, que allá en Canada apenas si lo veo porque queda muy bajo.

A la Cristina también le conté de mi secreto. Es la única a quien le he contado.

El sábado sí que fue “wow”, porque me hicieron la reunión familiar de bienvenida. Había comida para alimentar a un regimiento. Mi tía Sandy se las mandó con una torta (sabor Tres Leches… ¡uta que estaba rica!) que tenía el lindo detalle de decir “Welcome Home”. Estaban el Leo y mi prima la Pame, con su hija (mi sobrinita) la Fran, a quien por fin pude conocer en persona. El nacimiento de la Fran ha revolucionado a la familia, porque hacía rato que no había nacimientos ni casamientos en la familia. Aparte que es tan rica la bebé… Es significativo que el año pasado también me hicieron una recepción, donde mismo, para despedirme, y en aquella ocasión la Pame aprovechó para anunciar  de que estaba embarazada y que pronto seríamos tíos. Un año después, es la bebé la que se roba la película de la reunión familiar. Yo le había comprado un pijamita rosado en Loblaws, y se lo regalé al Leo y a la Pame. Sacábamos cuentas, la Fran será la primera que me diga “Tío Ari”. Ese momento tenía que llegar. Es la vida.

Y también estaba mi primito querido el Dany, que trajo el terrible costillar de cerdo, y tiró a la parrilla unos buenos anticuchos. Tuve que comer poquitito de todo, para poder comer de todas las cosas que había. Estoy muy, pero muy agradecido de todos, porque lo pasamos muy bien.

Hay varias fotos de dicha reunión familiar en mi Flickr, Fran incluida.

Ayer lunes retomé una tradición que tuvimos que interrumpir por causa de mi viaje, a saber, las salidas al cine con mi tía Sandy. Fuimos a ver Transformers 2. Ah, y antes de eso, estuvimos dándonos vueltas (como es la tradición) por la librería Antártica, mirando las últimas novedades en libros. Por la tarde estuve invitado junto con mis padres a la casa de la Sra Patty, que es prima de la Sra Quena, la señora que me recibe en Toronto. También estuvo bonita dicha recepción.

Han sido bonitos, a pesar de los días nublados con lluvia intermitente, estos días que he pasado en mi patria. He vuelto a recibir el cariño de mi familia. He comido harto y rico. Son todas esas lindas cosas las que hacen que quiera quedarme.

Pero no debo dejar a medias lo que ya empecé en Windsor.

Debo volver.

viernes, 26 de junio de 2009

Video de la reactividad de los metales alcalinos

Este video simplemente me encanta, es uno de mis grandes favoritos de todos los tiempos:

Transcrito y traducido por mí:

“Ahora veamos otra reacción de los metales alcalinos, la reacción con agua. Comenzaremos con el litio. El metal flota sobre el agua y reacciona con ella, dando gas hidrógeno.

Ahora para el sodio. El mismo tipo de cosa sucede, aunque la reacción es un poco más vigorosa. Todos los metales alcalinos reaccionan con agua de la misma forma.

Ahora para el potasio. Esta vez verás una llama. El calor otorgado por la reacción se produce tan rápidamente que el gas hidrógeno prende fuego, y se quema con una llama lila.

El siguiente elemento es el rubidio. Esta vez hemos puesto una pantalla de seguridad entre nosotros y la reacción. Puedes ver que las cosas se ponen gradualmente más terroríficas a medida que bajamos en el grupo.

Probemos el cesio, nuestro quinto metal alcalino.”

Nótese el silbido después de la reacción con cesio.

Tomado de Open2.NET

martes, 23 de junio de 2009

Los primeros días en Chile

Llevo ya seis días de vuelta en mi casa. Por la noche del primer día, mi papá me decía que es como si nunca me hubiera ido. A veces también me da esa impresión. Pero hace frío, hace frío dentro de mi casa y esa es una sensación que hace mucho tiempo que no sentía. He vuelto a comer pan con palta. El domingo cociné arroz para mis viejos, cosa que nunca había hecho antes. Me he reencontrado con mucha gente a la que no veía hace mucho. Montón de sensaciones que hace mucho que no vivía. Otras tantas cosas que sucedieron en mi ausencia, que desconocía y de las que me he ido enterando de a poco. No, simplemente no puedo negar que me fui, que me ausenté de mi patria y de mi hogar por casi diez meses.

Por otro lado, guardo un secreto del que no se puede saber nada. Un secreto en el que aún pienso. En el que he pensado todos estos días. Por ahora, sólo puedo decir que compré una cajita de té de manzana con canela, que pienso llevarme de vuelta a Windsor, para beber en honor de ese secreto. En memoria de todos los secretos que la gente tuvo. Nopilis, Ariel no olvida.

Estos días han sido un poco un “reality check”. Es difícil imaginar que la realidad puede ser de otra forma, pero la verdad es que, ciertamente, las cosas pueden ser distintas, si cada uno pone de su parte. Los deudores habitacionales, Santiago inundado…

Ayer lunes fui de nuevo a la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas. Fue reconfortante saber que al poco rato de llegar  (incluso antes de llegar, de hecho, conversé un minuto con Jorge Soto) ya estaba saludando a personas conocidas, y muchas se alegraban de verme. Fui a saludar a la bibliotecaria, la Sra. Ilse, qué simpática ella. También fui a saludar al profe Martín Contreras (el profe de fisicoquímica, que fue mi supervisor de las ayudantías por tantos años), lo que también fue muy agradable. Conversamos largamente con don Martín, quien me recibió de forma muy afectuosa.

Mi ex-jefe, Marcelo Kogan no estaba, se había ido a Barcelona, pero igual pasé al laboratorio, ahí estaba Juan, un muchacho que entró al grupo de Marcelo poco antes de mi defensa, y un muchacho nuevo que llegó después. Conversamos otro rato también. El laboratorio está muy pero muy cambiado respecto de como lo dejé. Hay un recinto bien habilitado con campana de flujo laminar para el trabajo con células, es decir, ya no hay que mendigarle campana al grupo del profe Lavandero (y aguantar los ladridos de sus estudiantes de postgrado). También Juan me contaba que habilitaron completamente el laboratorio que solía pertenecer al grupo del profesor Ernesto González, y que Marcelo heredó, ahora que el profesor González no se dedicará más a la investigación. A ese laboratorio solíamos decirle “el motel” porque está ubicado en un edificio de madera con varias salas de clases que parecen cabañas, y a esas salas les decían “los moteles”, entonces por extensión, ese laboratorio era “el motel”. Sé de dos explicaciones para el mote; una es que esas “cabañas” parecen moteles de playa, y la otra es que por las noches cerca del verano dicen que esas salas las utilizan, a veces, efectivamente como moteles.

Después de conversar con otros variados viejos amigos, a saber la Lile, la Claudia, la Cecy y el Simón, llegó la Karina, con su microempresa de venta de ropa interior de invierno. Me comentaba de su microempresa, que como la empresa constaba, a saber, de ella como CEO y única empleada, no le alcanzaba ni siquiera para microempresaria, ella era una nanoempresaria. Yo le dije: mientras no te conviertas en una picoempresaria, todo ok. Chiste ñoño con el que Karina se rió mucho. Después fuimos a almorzar, ella me había invitado. Y yo cumplí. Fue bonito también, conversábamos de cómo es de diferente el sistema canadiense. Ella me contaba que su hija la Camila había tenido “la porcina”, y que no había sido nada más que una gripe casi como cualquier otra. Le confesé que me sentía en el aire; como puse en mi Facebook, “no soy de aquí ni soy de allá”. No tengo pareja, hijos, nada me ata a ningún lado. Libertad, te amo y te odio a la vez. Me hace acordarme de esa canción que me gusta tanto de Queen, y que me gusta tocar cada vez que encuentro un piano, It’s a Hard Life: “I don’t want my freedom! There’s no reason for living with a broken heart…”

Después de almuerzo, nos encontramos con Ariel Meneses, ahora alumno del doctorado en química. Me agarraba pa’l chuleteo, “seguro que tuviste muchos problemas con el inglés”… “¿no tuviste problemas con el castellano al volver?”. Casi, la verdad; en un momento me dijo que la Ivonne, ex compañera y ahora estudiante de doctorado, tenía que volver pronto, para dar su… Yo inmediatamente supe a qué se refería, pero casi le digo comprehensive, sabiendo que lo que tenía que decir era el equivalente castellano de esa misma locución, es decir “examen de calificación”. No, si he estado mucho tiempo fuera.

(Olvidé mencionar que en la mañana pasé por la biblioteca y encontré a una persona desconocida que me miró y a la que saludé, como acto reflejo, “Hi!”. En realidad cuando compré el tecito, también le dije hi a la cajera… del Líder. Ah, qué lesera.)

El asunto es que llegué a la casa en metro igual, con un sentimiento un poco de vacío en el alma. No he echado raíces en Canadá, y si bien aún puedo encontrar caras familiares y amables en la escuela de Farmacia, es casi lo mismo que el Instituto Nacional en este momento. Representan el pasado; ya no pertenezco allí, aunque parte de mi corazón se haya quedado con ellos. ¿Dónde, pues, está mi lugar dulce?

He pensado en volver a Chile, pero eso aún no está plenamente decidido. He pensado que si vuelvo a hacer clases, me gustaría volver a cualquier parte que no esté en Santiago. Le comenté eso en nuestra conversación al profe Martín, quien me decía que eso tiene ventajas y desventajas. Es mas difícil hacer investigación en provincias, pero de acuerdo con lo que él había observado, exalumnos de nuestras escuelas capitalinas que se han ido a provincia tienden a ascender rápido en la jerarquía universitaria, lo que por supuesto reporta prestigio y mejores sueldos. No sé, la verdad, qué es mejor, y eso es lo que me desespera un poco.

Creo que por ahora, lo mejor que puedo hacer, es seguir el consejo que me daban mis padres: seguir con los ojos abiertos, esperando que se presente alguna oportunidad para mí, y una vez que esa oportunidad exista, tomarla y sacarle el máximo de partido.

miércoles, 10 de junio de 2009

Actualizaciones de mis sitios web

En estos días estaré moviendo las resoluciones de las guías de fisicoquímica a mi página web de la Universidad de Windsor. Ese sitio también recibirá una actualización pronto. Este es el segundo cambio de casa que reciben las famosas resoluciones; primero pasaron de Geocities a Google, pensando en que con la solidez de Google, ese sitio no se iba a bajar. Pero el Google Page Creator se cambiará a Google Sites, y hará aún más restricciones a lo que ya tenía. Lo que no me gustó. Y a buena hora las saqué de Geocities, ahora que Yahoo! cortó el servicio.

No me había decidido antes a hacer el cambio, es que la dirección de Windsor no es muy fácil de aprender ni muy amigable. Capaz que termine pagando por webhosting. No quiero…

Ah, y ahora que estoy cachando, voy a tener que actualizar la página web que sale en cada una de ellas =P

Y cuando publiquemos el paper de espectroscopia de fuerza, también publicaré mi tesis de químico farmacéutico, que está licenciada bajo Creative Commons, pero no la he puesto en mi sitio porque no quiero ponerla a disposición de los motores de búsqueda hasta que salga el dichoso papiro. Marcelo, quedaste de mandarme el último borrador; lo estoy esperando…

Actualización: ya está hecho el cambio, y por mientras, el sitio de Google Pages está redirigiendo al de Windsor

domingo, 31 de mayo de 2009

Balance casi un año después

El año pasado escribí un posteo en este mismo blog donde hacía un balance preliminar, con todas las cosas que perdía y ganaba al venirme a Canadá. Ahora, que llevo casi 10 meses viviendo acá, y falta ya muy poco para que vaya a visitar a mi familia, me pareció interesante hacer el ejercicio de revisar lo que escribí, y contrastar las expectativas que tenía en aquel entonces, con la realidad que he vivido. Como siempre, la teoría versus el experimento. Aquí vamos.

Primero, los flaytes escuchando reguetón en el metro. En toda mi estadía en Canadá, he escuchado reguetón un total de dos veces. Good riddance.

Segundo, el Transantiago. El Transit Windsor funciona bien para tener en cuenta que Windsor es una ciudad pequeña. Cumple horarios, pero es algo lento, la frecuencia de los buses no es todo lo que me gustaría, y hay partes a las que simplemente no llega. Es que aquí todo el mundo tiene auto. Menos yo. Hmmm…

Tercero, las calles llenas de basura, que acá en Canadá no existen. Eso solía ser verdad hasta que a los infames municipales se les ocurrió botarse a huelga. Ya llevan más de un mes, y los pastos están sin cortar, y en las veredas se están acumulando las bolsas. Y el sindicato no tiene mucha pinta de arreglarse con el alcalde. Ay de ti Eddie Francis… En fin, más tarde o más temprano, el camión de la basura volverá a pasar.

Cuarto, los graffiti en las paredes, artistas callejeros, lanzas, el smog de Santiago… Good riddance. Yo me quejaba también del humo de tabaco en casa, pero mi viejo se enfermó, los dos papis se asustaron y ¡paf! dejaron de fumar. Yo me tenía que ir para que el milagro pasara. Linda la custión.

Ahora, las cosas que iba a perder. La familia, los amigos, los conocidos. Hmm, con mis padres hablo todos los días vía Skype. Con los amigos más fieles de Chile chateo vía Messenger. Se les echa de menos, pero no es para tanto. Por otro lado, pasó algo que era como previsible, pero yo no lo tenía en mis proyecciones. Mi ausencia ha significado que todo el cariño que mi mamá me dedicaba a mí, no le queda otra que dedicárselo a mi viejo. Ídem de mi papá hacia mí. Resultado, mis queridos papis se han reencontrado, ahora que volé del nido. Por lo que me contaban mis tías. Con ellas también videochateo semanalmente vía Skype.

A la cómoda cama… sí, la he echado de menos. Los libros… Bueno, ni tanto; tengo libros en PDF y DjVu en el laptop, en el laboratorio hay caleeeeeta de libros de ciencia, casi todo lo que necesito.

Las ricas comidas de los viejos… Sí, sí, las echo de menos. A falta de mis viejos que me cocinen, mi compadre el Pepe se puso en campaña para enseñarme a cocinar. Pasamos de una cocina netamente de supervivencia (arroz, fideos) a pescado al vapor, y pollo al jugo. No me muero de hambre. Gracias querido comparrito Pepiño, no lo olvidaré.

El idioma castellano ni tanto, porque en el segundo semestre de aquí llegaron dos chilenos, a saber mis cumpas Pepe y Pablo que me han provisto del idioma chileno que me hacía falta.

Dije también “los programas que me gustan de la televisión chilena”. La verdad sea dicha, ya ni me acuerdo cuáles eran. Es lo que hay. Es que la tele canadiense satisface todas mis necesidades de televisión. Es muy superior. Descubrí el hockey de hielo y el fútbol americano y canadiense.

También hablé del cielo nocturno en Chile; la Cruz del Sur, el Centauro, la Argonave. A falta de ellas, buenas son la Osa Mayor, la Osa Menor (con la Estrella del Norte que efectivamente señala el Norte), el Cisne, el Dragón. La Cordillera de los Andes… Más de alguna vez la he buscado en vano cerca del horizonte. Al Pablo le ha pasado lo mismo. Al Pepe no, porque él no es de Santiago. El 18 de septiembre, Navidad y Año Nuevo. Grrrr… Sí, me han hecho falta. Las fiestas acá en Norteamérica no han tenido el dulce sabor que solían tener en Chile. Ahí, sobre todo, me ha hecho falta la familia.

La ganancia de nuevos contactos no ha sido tan notable como hubiera esperado. Ha sido bonito, eso sí, salir a tomar cervezas o jugar a la pelota con la gente del laboratorio, Nik, Golam, Pablo y Pepe, y los muchachos que pasaron por el laboratorio el año académico 2008-2009, Artur, Adam y Anna. Y también los españoles que estuvieron de visita, Pablo y Silvia.

La independencia de los papis ha sido algo completamente diferente. La libertad completa ha sido una experiencia completamente nueva y muchas veces desconcertante. A veces se me ha hecho difícil tomar decisiones. Todo el mundo anhela la libertad, sobre todo para divertirse, pero cuando las opciones que uno tiene son demasiadas, y el presupuesto es limitado, y sobre todo que quiero ahorrar, no es tan fácil. Mucha libertad, pero a muchos se les olvida que la libertad está íntimamente ligada a la responsabilidad. Cómo equilibro el estudiar, leer, o dedicarme a las ñoñerías que tanto me gustan, con hacer actividades más sociales. He hecho algo más, he salido algo más de la casa, pero siguen no gustándome las fiestas. Sorry.

Siiii, me mamé la quinta temporada de House enterita, viendo capítulo por capítulo el día y hora de su estreno. También descubrí una serie canadiense, Being Erica.

Hablé luego del invierno canadiense. No recuerdo, de la vez anterior que vine a Windsor, ese viento maricón que te hace sentir más frío del que realmente hace. Hubo un día en que salí de la casa al laboratorio con la friolera de -24°C. Súmenle el efecto del viento. Aún recuerdo a Rob Shervill, el locutor de la radio CKLW, anunciando “minus twenty four degrees in Windsor-Essex”, poniéndole color. ¡Flauta! Cómo lo hice… Bueno, las botas, calzoncillos largos, parka y pasamontañas aguantaron bastante bien en la caminata por la calle (10 min aprox) hasta que iba llegando al CAW Student Centre. Por ahí me empezó a atacar el frío por el agujero de los ojos en el pasamontañas, por la nuca y por la entrada de los guantes. Ya no me podía echar más ropa o tratar de ajustar la que ya tenía; todo estaba lo mejor que podía estar. Sólo quedaba una cosa por hacer: apretar cachete hasta llegar al edificio calefaccionado.

Y a propósito, yo cacho que en Chile voy a echar de menos el programa matinal The Morning Drive de la radio mencionada, con los simpáticos animadores Mike Kakuk y Lisa Williams, y las noticias cada media hora. Pasé del fome despertador a una radio reloj. Y me acostumbré a la radio reloj por la mañana.

Llegando a Windsor tuve que comprar: detergente para lavar mi ropa, una plancha y una tabla de planchar. Y aprender a planchar camisas. También he progresado en la cocina. Yo le tenía miedo al cuchillo cocinero, pero he aprendido que es como el nitrógeno líquido: es como un tercio de lo peligroso que parece. El otro día me sorprendí de ser capaz, solito, de picar pimentón en cubitos. O ayer, de agarrar las presas del pescado, tirarlas y sacarlas del sartén. Mis próximos proyectos son: comprar una bicicleta, y aprender a andar (no, nunca aprendí de chico. Sí, me da vergüenza, pero está en mi agenda ponerle remedio pronto a esa situación).

Conocí a una chiquilla y no funcionó. No nos comprendimos. Sigo participando.

Corregir informes quita mucho tiempo, y puede llegar a ser bien fome. Pero es rico estar a cargo de un laboratorio. Fue muy raro hacer la misma rutina de los laboratorios, lo mismo pero todo en inglés.

Y otra cosa, que me pilló de sorpresa en echar de menos es la idiosincrasia nacional. El humor gringo no es igual; los lugares comunes en las conversaciones son distintos; he echado mucho de menos el inconsciente colectivo de Chile.

En lo científico, ahora sí que aprendí bien a manejar el microscopio de fuerza atómica. También aprendí cómo funcionaba la campana de vacío, con todos sus principios. Y aprendí más mañas del Raman. También aprendí a manejar Gaussian.

Aún no sé si quedarme en Canadá e inmigrar, o volver a Chile. Nada me amarra a ningún lado, y las últimas semanas ese pensamiento me ha abrumado. Mucha libertad incomoda. Sólo me queda darle más tiempo al tiempo y ahí tomaré las decisiones correspondientes. Pero no me gusta saber que el futuro de aquí a unos años, sea una perfecta nebulosa. Por ahora, como le comentaba a mis viejos, estoy con los ojos abiertos frente a las oportunidades que se me presenten, y si se me presenta alguna, haré lo que he hecho siempre, o sea, sacarle el máximo de partido.

domingo, 17 de mayo de 2009

Sobre la página de Google Pages y las guías de fisicoquímica

Hoy quería pegarle una actualizada a mi sitio web y me encontré con la desagradable sorpresa de que el servicio con el que hospedaba dicho sitio web, Google Page Creator, cerrará, porque será reemplazado por la alternativa nueva de Google, que se llama Google Sites. Y, por supuesto, ahí están las resoluciones de las guías de fisicoquímica. A las cuales les tengo cariño, no quiero bajarlas. La cosa es que pronto serán cambiadas contra mi voluntad. Cuando se efectúe el cambio actualizaré las guías y sabré exactamente qué hacer.

En fin, he sacado mi sitio web personal de ahí; lo estaré moviendo pronto a mi dirección de la Universidad de Windsor.

Me pregunto: ¿vale la pena que siga teniendo las resoluciones de las guías ahí? Sean bienvenidos a comentar.

sábado, 25 de abril de 2009

¿Verano?

Hace algunos meses escribí un post donde hice notar que el invierno había llegado de golpe y porrazo, que las temperaturas habían descendido demasiado rápido. Hoy escribo para contar la situación exactamente inversa: con la misma rapidez de hace unos meses, ayer la lectura del termómetro ascendió hasta los 30°. Y pensar que la última nevazón de la temporada ocurrió hace sólo tres semanas. Durante la semana vimos cómo los árboles empezaban a sacar hojitas nuevas y algunas flores, pero aún hacía frío al salir por la mañana, y yo casi me daba con una piedra en el pecho de que las temperaturas superaran el cero, y las máximas con suerte alcanzaban los 15°. Al escuchar la radio hoy por la mañana, el locutor informaba con toda tranquilidad, veinte grados en Leamington, veintiuno en Windsor, Essex. Después fuimos con Pepe a despedir a los españoles, que dejaban Windsor para irse a Vancouver. Ellos se quedaron por dos meses acá en Windsor para hacer investigación y para conocer el lugar; pasearon harto y carretearon harto; sí, eso me incluyó a mí. Lo pasamos muy bien. Al llegar a la casa que ocuparon los españoles, nos dimos cuenta del calor que hacía. Ese maldito calor con humedad, tan requete difícil de soportar, y que te hace creer que hace más calor que el que realmente hace. Le dije a Pepe: “Bienvenido al verano de Windsor”.


Ayer hubo una sesión de pósters en el Devonshire Mall, el centro comercial que nos recuerda que Windsor está igualmente inmerso en la cultura norteamericana del consumismo. La foto de arriba es, por supuesto, la de mi póster. Había premio para los tres pósters más populares. No gané nada, pero al menos sirvió para conversar un poco más con los graduados del departamento, a los que yo aún no termino de conocer, algunos profesores; familiarizarme un poco más con sus líneas de investigación, y sobre todo, moverme un poco de la universidad, en la que he pasado demasiado tiempo.

Ya comenzó la cuenta regresiva para mi regreso temporal a Chile.  Volveré a ver a mis padres, tíos, primos… Conoceré a mi sobrina nueva, la perrita nueva de mis tías, y me apertrecharé de un par de cosas que me han hecho falta en estos ocho meses (hoy sábado 25 cumplo ocho meses en Windsor). También llevaré toda la ropa que no usé. El resto, es sorpresa.

sábado, 28 de marzo de 2009

Varios

No había actualizado el blog, por varias razones. Tiempo ajustado, y sobre todo, lata. Es mucho más fácil leer cosas en Internet que escribir, sobre todo porque hay pero requetetantas cosas en Internet, que como que da lata, además, hacer un aporte extra. ¿Vale la pena, después de todo? ¿Qué es lo que yo, como ser humano, tengo que decirle al mundo? Es más fácil ser reactivo que proactivo, y se me viene a la memoria ese librito de autoayuda que una vez vi, Yo, proactivo. El libro era interesante, pero resulta que es difícil elegir ser proactivo siempre.

A ver, el miércoles se cumplieron veintiseis revoluciones de la Tierra en torno al sol desde el momento en que abandoné el vientre de mi madre. Gracias al famoso Facebook, recibí muchos saludos de cumpleaños, sobre todo de la gente de Chile, pero también varios que no esperaba, como los de mis alumnos de acá de Windsor. Eso fue bonito; no recuerdo haber recibido tantos saludos para otro cumpleaños. Estoy muy agradecido de todos los que se acordaron de mí.

También, hace algo más de una semana recibí un llamado de mi padre en mi celular. Alguien llamó a una tía mía haciéndose pasar por mí. Dijeron que yo había volado de emergencia a Chile, que había arrendado un auto, había chocado y había caído preso; que necesitaba CLP$600.000 y $50.000 más en efectivo. Mi tía llamó a una de sus hijas, la que llamó a otra prima, la que finalmente contactó a mi papá, quien se dio cuenta de que todo era una estafa. Alguien había tratado de engañarlas para sacarles plata. Afortunadamente me contacto muy seguido con mi familia, así que es imposible perderse. Pero varios en mi familia se llevaron un susto grande. Así que tengan cuidado si piensan viajar; después de todo, creo que he publicado demasiada información sobre mi vida en Internet. Me vi obligado a restringir el acceso al material que publiqué en Facebook. Qué pena.

Me he preguntado ¿qué hubiera sido de mí si no hubiera venido a estudiar, y me hubiese quedado trabajando en una farmacia? ¿Cómo habría reaccionado si hubieran apedreado mi local? Probablemente habría tratado de reaccionar diciendo algo así como “Nosotros no tenemos la culpa; las oficinas centrales están en calle bla bla bla… ellos son los que fijan los precios, nosotros somos simples empleados”. Seguro me linchaban igual. Pero es verdad pues, mis colegas sólo obedecen órdenes. Ahora que me acuerdo, eso es lo mismo que decían los militares en aquel tiempo. Después de todo, nosotros no estamos matando gente… ¿o sí? El alza indiscriminada de los precios podría, eventualmente, redundar en el impedimento al acceso a la salud de las personas, lo que, al menos en teoría, podría causar un fallecimiento. ¿Deberían renunciar mis colegas, para no hacerse cómplices de un crimen? Después de todo, la colusión era un secreto a voces. Como que todo el mundo cachaba. La cosa es que nunca nadie reconoció y tampoco nadie dijo nada, hasta ahora.

Nah, no creo que sea para tanto. Requiere valor alzar la voz y derrotar a los poderosos; sobre todo cuando son la mano que nos da de comer. Un valor que pocos tienen.

Eso por ahora. Reanudaré las transmisiones, pero no sé exactamente cuándo.

lunes, 23 de febrero de 2009

Seis meses

No había escrito porque tuve montón de cosas que hacer, recibir a dos chilenos y ayer a una pareja de españoles, corregir informes y hacer la dichosa tarea de Aroca, que no es tan difícil como se veía en un principio, pero la verdad sea dicha, requiere de un cierto esfuerzo. Seré, por lo tanto, breve. Ayer 22 de enero de 2009 se cumplieron seis meses desde el día 22 de agosto de 2008, día en que pasé por la aduana e ingresé a territorio canadiense con visa de estudiante.

No ha sido fácil. El idioma ha sido lo de menos. La cultura yo más o menos la cachaba, porque había estado antes aquí. Me ubicaba más o menos en la ciudad de Windsor. Pero en los primeros meses tuve que pagar muchos gastos que yo llamo de “estabilización”, entiéndase una plancha, una tabla de planchar, sábanas y una frazada, algo de mobiliario, y por supuesto, comida. De a poco he ido comprando más cosas.

En Chile tengo aún varias amigas que, por decirlo así, “encienden mi generador de cosas lindas para decir”. Acá en Canadá no he logrado establecer esa conexión con nadie. La mujer gringa es muy linda, pero no tiene la dulzura y… sí, humildad, de la chilena. Pero hace demasiado tiempo que estoy solo. Me hace falta una mujer.

Acá todo el mundo tiene auto, y no es trivial no tenerlo. Porque significa que hay que caminar hasta el supermercado, y cuando la temperatura es de -10°, y las veredas están llenas de nieve, no es tan gracioso llevar las manos cargadas, y además la mochila en la espalda. Y mejor no hablar del viento maldito que hace sentir más frío del que realmente hace. Haciendo una estimación al ojo, con la plata que estoy ahorrando, resulta que aún está lejano el día en que pueda comprar un auto; de aquí a un año al menos.

¿Algo positivo? He desarrollado relaciones más estrechas con la gente del laboratorio, sobre todo con Pepe, que ahora está viviendo en la misma casa que yo. Me ha ido bien en los cursos. Y lo más importante, dejé de depender de mis padres.

viernes, 2 de enero de 2009

Feliz Año Nuevo 2009

Este post tiene como único objetivo desearte a ti, que estás leyendo estas líneas, un muy Feliz Año Nuevo 2009. Igual como puse el año pasado, trabajemos para hacer de éste un mundo mejor, y ser, un poquito que sea, más felices cada día.

Y como dije el año pasado, me fui de la casa, y aquí estoy en el Canadá. Personalmente, los últimos cuatro meses y algunos días, tiempo que corresponde al que llevo en el país del norte, han sido de dulce y de agraz, pero poco a poco más de dulce. Cada vez estoy más estabilizado. Hace mucho frío, las calles están llenas de nieve, pero filo, ya estoy acostumbrado, tengo ropa de invierno, y cada vez tengo más cosas. Los Winters me regalaron un televisor viejo pero que funciona, y mientras funcione, no hay problemas. Sólo espero que siga funcionando ahora que en febrero se viene aquí en Canadá el cambio de la TV análoga a digital; aún no sé si la compañía de cable nos proveerá de señal análoga o tendré que comprar un convertidor, o qué onda. Ahora continuaré ahorrando, en principio para un autito. Quién sabe cuánto me salga, pero ahorraré, ahorraré…

Ya mañana vuelvo a Windsor, a hacer gold island films, a la ayudantía del curso de química general, y al curso de Aroca…

…y, en la medida de lo posible, una gringa…

Actualización: Aquí en Canadá no se viene el cambio a TV digital aún.