Hace poco, me enteré de ciertos desmanes ocurridos en Chaguito City, en mi Chilito Lindo, por la acción de Carabineros dispersando con gases lacrimógenos a universitarios que estaban haciendo desórdenes al celebrar el inicio del año académico. Me enteré no por la noticia de Radio Bío-Bío, sino por la reproducción de uno de los comentarios de la noticia por parte del destacado periodista de dicha emisora, Christian Leal (a/k/a El Francotirador) en su blog personal.
Me quedé pensando. ¿Por qué esas cosas no se ven aquí en el Canadá?
Me imaginé el argumento con que muchos me saldrían: “es que Chile no es un país del primer mundo”. ¿Qué es, entonces? ¿No toman, acaso, los jóvenes canadienses? Ja ja. ¡Por supuesto que toman, y bastante! Es cosa de ver las celebraciones del Día de Saint Patrick. No hay celebraciones de mechoneo, pero no quiere decir que no tomen. Pero ello se realiza de dos maneras que no involucran el beber en lugares públicos o en la vía pública; dichas cosas ameritan el ser detenido por la policía, y aquí los policías no vacilan en el uso de la violencia para resguardar el orden público, como aprendieron (de la peor forma) los jugadores de la selección nacional sub-20 hace algunos años...
Los estudiantes universitarios canadienses toman, y lo hacen de dos maneras:
1) En la provincia de Ontario, se acude al Beer Store para comprar cerveza, o al LCBO (Liquor Control Board of Ontario, pronúnciese “el-si-bi-ou”) para bebidas alcohólicas en general —aunque LCBO también vende cerveza— y se procede al consumo en la casa de algún amigo u otro recinto privado, juntándose en grupo. En otras provincias como Québec, los supermercados venden dichas bebidas. La cerveza es reina, de todos modos. Aquí he aprendido a apreciar el cuerpo de una Rickard’s Red, Alexander Keith’s o Stella Artois. Molson Canadian no me gusta. Coors Light está bien pero no es mi favorita. Budweiser no está mal, pero tampoco es waaa mi favorita.
Stella me gusta harto por su sabor único y por el comercial televisivo “She is a thing of beauty” con Brigitte Bardot cantando en francés “Ne me laissez-pas l’aimer”…
(Bueno, en realidad Stella me recuerda a cierta personita que echo de menitos)
2) Se junta otro grupo y se acude al bar más cercano, donde se toma cerveza en vasos grandes (pints) y/o en jarros de aprox. 1,5 litros (pitchers).
En ninguno de los dos casos anteriores se hace necesaria la intervención de la fuerza pública.
Cosas como ésta me hacen preguntarme: ¿por qué no puede implementarse esto en Chile? Yo recuerdo haber tomado cerveza en las áreas comunes de mi facultad en dos ocasiones, y nunca hasta la ebriedad, pero ahora creo que no lo haría. Y me declaro no partidario de beber en la vía pública o de emborrachamientos en masa como el paseo a Cartagena. Tanto que huevean ciertos personajes que he conocido (chilenos, ojo) con que hay ciertas cosas que pasan porque Chile es un país de tercer mundo y cuyas curas o soluciones en realidad son relativamente simples de implementar; lo complicado es disciplinar a la gente para que efectivamente las lleve a la práctica. Pero entrar en detalles de eso podrá ser el tema de otro post.