Y llega, otra vez, el momento de hacer el balance del año. Este año ha tenido yo diría que bastante más de dulce que de agraz para mí.
El 2009 terminó, y el 2010 comenzó con la aventura del nacimiento de los gemelos Encina, a los que he visto muy de cerca durante todo el transcurso del año, y a los que quiero mucho. Precisamente esta noche se cumple un año desde su nacimiento. He seguido compartiendo con los Encina, quienes me han recibido en su casa como un miembro más de su familia.
Zafé olímpicamente del terremoto al encontrarme en Canadá.
Dejamos de hablarnos con esa persona que algún tiempo atrás me escribía posteos anónimos en este blog. Podría extenderme mucho, mucho sobre ella y lo que significaron nuestras largas conversaciones, pero sólo diré que aún pienso en ella en ocasiones, y estoy 100% seguro de que ella aún piensa en mí.
Aún estoy al debe en el tema sentimental. Hice progresos, hubo besos, rompí un corazón (una sensación muy poco familiar para mí) y también rompieron el mío, pero aún no tengo una relación estable. Sigo participando.
Disfruté más mi visita a Chile este año. Como siempre, me regalonearon harto, compré lápices de pastel, e hice dos dibujos especialmente dedicados a mis padres. Compartí con la gente de la Facultad de Ciencias, en especial con mi compadre Pepe Cárcamo y di un total de tres seminarios (en realidad es el mismo que di en tres partes distintas, en Ciencias de la Chile, en Física de la USACH y en Ciencias Químicas para el grupo de mi viejo supervisor Marcelo Kogan).
Conocí a variada gente nueva provenientes de distintas partes del globo y que ahora son buenos amigos. Gracias a Elena y a Rosa de España, a Pedro de Brasil, y a Igor de Chile por los bonitos momentos que compartimos. También a Haider que se incorporó este año a nuestro grupo de investigación y que es un gran tipo.
Por primera vez veo un mundial de fútbol fuera de Chile.
En lo profesional, este año se publicaron dos artículos científicos donde yo voy como primer autor, el de espectroscopia de fuerza con mi supervisor antiguo de Chile, en Langmuir, y el primero con mi grupo de Canadá, de fluorescencia aumentada por superficie, en Angewandte Chemie. Tengo dos más en preparación con mi grupo, más un tercero que puede salir, la otra mitad de mi tesis de pregrado, el artículo de los péptidos. También tuve la oportunidad de asistir al congreso ICORS 2010, donde conocí a mucha gente del medio y aprendí muchísimo, además de ser la primera vez que visito los Estados Unidos. No me gustan los Estados Unidos en general, salvo ciertas cosas, pero no puedo negar que disfruté la semana que pasé en Boston. El trabajo que presenté quedó en el libro de proceedings de la conferencia, de tal modo que aparece ahora en los buscadores y mi cuenta total de publicaciones asciende a cinco. Vamos progresando.
Parece que es bueno no tener expectativas para el año anterior, como no las tuve el año pasado para esta misma fecha. No las tendré tampoco para el 2011.
Miento, en realidad sí tengo una expectativa… veremos qué pasa.
Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo para todos los que pasan por aquí