Hace algunos meses escribí un post donde hice notar que el invierno había llegado de golpe y porrazo, que las temperaturas habían descendido demasiado rápido. Hoy escribo para contar la situación exactamente inversa: con la misma rapidez de hace unos meses, ayer la lectura del termómetro ascendió hasta los 30°. Y pensar que la última nevazón de la temporada ocurrió hace sólo tres semanas. Durante la semana vimos cómo los árboles empezaban a sacar hojitas nuevas y algunas flores, pero aún hacía frío al salir por la mañana, y yo casi me daba con una piedra en el pecho de que las temperaturas superaran el cero, y las máximas con suerte alcanzaban los 15°. Al escuchar la radio hoy por la mañana, el locutor informaba con toda tranquilidad, veinte grados en Leamington, veintiuno en Windsor, Essex. Después fuimos con Pepe a despedir a los españoles, que dejaban Windsor para irse a Vancouver. Ellos se quedaron por dos meses acá en Windsor para hacer investigación y para conocer el lugar; pasearon harto y carretearon harto; sí, eso me incluyó a mí. Lo pasamos muy bien. Al llegar a la casa que ocuparon los españoles, nos dimos cuenta del calor que hacía. Ese maldito calor con humedad, tan requete difícil de soportar, y que te hace creer que hace más calor que el que realmente hace. Le dije a Pepe: “Bienvenido al verano de Windsor”.
Ayer hubo una sesión de pósters en el Devonshire Mall, el centro comercial que nos recuerda que Windsor está igualmente inmerso en la cultura norteamericana del consumismo. La foto de arriba es, por supuesto, la de mi póster. Había premio para los tres pósters más populares. No gané nada, pero al menos sirvió para conversar un poco más con los graduados del departamento, a los que yo aún no termino de conocer, algunos profesores; familiarizarme un poco más con sus líneas de investigación, y sobre todo, moverme un poco de la universidad, en la que he pasado demasiado tiempo.
Ya comenzó la cuenta regresiva para mi regreso temporal a Chile. Volveré a ver a mis padres, tíos, primos… Conoceré a mi sobrina nueva, la perrita nueva de mis tías, y me apertrecharé de un par de cosas que me han hecho falta en estos ocho meses (hoy sábado 25 cumplo ocho meses en Windsor). También llevaré toda la ropa que no usé. El resto, es sorpresa.