Humildad

Como dice Sarah McLachlan en su canción Angel, siempre hay una razón para no sentirse lo suficientemente bien.

Después de leer (y ver) a Carl Sagan, me parece que la astrología no debería tener ningún sentido. Hay explicaciones alternativas mucho más creíbles para las cosas que nos pasan.

Sin embargo, cuando uno lee cosas como las cartas astrales de Grupo Venus, a veces uno duda de ese escepticismo tan acérrimo que le han inculcado sus maestros.

Las únicas influencias que (racionalmente, y con los conocimientos con los que contamos en la actualidad) uno puede esperar que los planetas, el sol y la luna tengan sobre uno, son las gravitatorias. Y así todo, son despreciables, porque Venus, el planeta más cercano, está a una distancia demasiado grande como para ejercer influencias decisivas. Con cueva, la luna ejerce atracción gravitacional sobre el mar, causando las mareas. La gravedad del sol es más grande; mantiene en órbita a la tierra, a los planetas y al resto de los objetos en el sistema solar. La gravedad del o los agujeros negros en el centro de la galaxia, mantienen a las estrellas, nuestro sol incluido, girando en torno a dicho centro.

Hoy el horóscopo de María Luisa Valdovinos me dice que debo tener humildad, o me arrepentiré, por muy iluminado que me crea. Un sabio consejo que no necesariamente debe aplicarse sólo a lo que me suceda esta semana. Para el resto de los signos solares, gran éxito. Para los arianos como yo, avance, pero con humildad... O se arrepentirá.

El problema es que esta mujer, siempre que me anuncia cosas no muy buenas, se dan. Cuando anuncia cosas buenas, bueno, a veces le achunta. Así también con otros horóscopos que se dicen serios. Recuerdo una memorable vez que Astrology.com me anunciaba que al día siguiente iba a ver al proverbial monstruo verde, y que fuera humilde y diligente, porque era la única manera de matar esa cosa. A la mañana siguiente, mi mamá me despertó para retarme por una acción que, si pudiera volver a elegir, elegiría no hacer, y de la cual mis viejos no se habrían enterado de no ser por un lamentable error que cometió mi ex polola (prefiero no entrar en más detalles). Mi mamá me dijo cosas muy duras, pero terminó por perdonarme al par de semanas. No perdonó, eso sí, a mi ex; le prohibió la entrada a la casa. Meses después yo decidí terminar con ella. Y si ahora pudiera volver a elegir, tampoco volvería a terminar con ella.

Yo solía creer bastante en la astrología hasta que me entusiasmé por mi verdadera pasión como aficionado, la astronomía, y los astrónomos, que son los que escriben sobre ella, son probablemente los más escépticos de todos los científicos. De hecho, el peor insulto que se le puede decir a un astrónomo es, justamente, llamarlo astrólogo.

Recientemente he incluso llegado a dudar de la existencia de Dios, porque durante este año 2007 le pedí insistentemente una cosa, que se negó a darme. Y si Jesús dijo que si uno le pide a su Padre pan, éste no le daría una piedra, ¿por qué cuando yo le pedí pan a Dios, no me lo dio? Este año no fue malo, pero no resultó ninguna de las cosas que yo realmente quería. De no haber sido por el lindo viaje del verano (que para mí fue invierno XD), este año habría sido para echarlo a la basura. Para bien o para mal, se está acabando. Me siento igual que ese año de 1997, en que de lo que quería, tampoco nada resultó, y como ahora, tuve que conformarme con bolitas de dulce.

Le lancé un desafío a Dios: dame una señal, dime que existes. No me ha dado una señal clara... aún.

Me siento mal de quejarme; soy muy afortunado, sobre todo en comparación con otra gente que sí tiene muchos más problemas, y más graves. Por eso, creo que lo mejor es que siga el consejo del horóscopo, y sea humilde, porque siempre habrá alguien que esté por encima de uno, y alguien por debajo...

Pero ¿cuál es el sentido de todo esto que estoy viviendo?